A medio camino entre Sabiñánigo y Jaca, muy cerca de la autovía A-23, serpentea una curiosa formación geológica conocida como Os Capitiellos o las Areniscas de Sabiñánigo.
La gigante cresta, que recuerda a un reptil gigante, se extiende en sentido este-oeste a lo largo de unos 15 kilómetros, formando una sucesión de más de 70 pequeños promontorios. Desde prácticamente Yebra de Basa hasta Navasa es únicamente atravesada por el río Gállego, a la altura de Sabiñánigo.
A su paso divide la Depresión Media, un extensa depresión situada entre las Sierras Interiores del Pirineo de las Exteriores y que, durante siglos, sirvió como despensa para los pueblos del Pirineo debido a su rica tierra de cultivo. Formando así dos valles: la Val Ancha, al norte, donde se sitúa la ciudad de Sabiñánigo y la Val Estrecha al sur, donde se encuentra Sabiñánigo Pueblo, la semilla de la actual ciudad.
Esta barrera geológica de modesta altura está compuesta por tres partes: un primer conjunto de estratos de areniscas, una zona central de margas –hondonada central- y un segundo conjunto de areniscas; que a lo largo de miles de años, han sido erosionadas labrando la actual doble cresta ondeante.
Los materiales que esculpen Os Capitiellos datan del Eoceno –unos 40 millones de años atrás- y proceden de la erosión que los ríos producían mientras se levantaban los Pirineos. Al llegar a la zona de Sabiñánigo, éstos crearon deltas y finalmente se sumergieron en el mar que había en la actual Depresión Media, para convertirse en materiales marinos.
En torno a esta característica sierra surge la leyenda de la serpiente dormida de Sabiñánigo… ¡Os esperamos en Sabiñánigo para contárosla!