Este grupo de localidades, entre las que encontramos la localidad de Sabiñánigo, capital del municipio, se sitúan en una amplia y soleada depresión junto a los Pirineos. Este amplio territorio se conoce como Val Ancha y Val Estrecha, dos valles contiguos divididos longitudinalmente por la Sierra de los Capitiellos.
Sabiñánigo
Capital del municipio y de la comarca del Alto Gállego. Una ciudad joven y dinámica que apuesta por la cultura y el deporte, y dónde la industria, el sector servicios y el turismo se dan la mano para ofrecer a los vecinos y visitantes un lugar con encanto y con altas dosis de calidad de vida. Ofrece varios recursos turísticos, entre ellos, la ruta de escultura contemporánea.
Arguisal
Arguisal se asienta en las faldas del monte Güé (1580 m) en la entrada del valle glaciar del Gállego. Su situación elevada (884 m) hace de la población un magnífico mirador del valle. En lo alto del pueblo encontramos la Iglesia de San Martín (s. XVIII). Otro elemento destacado es el conjunto de fuente, abrevadero y lavadero, ubicado a las afueras.
Aurín
Encontraréis esta localidad junto a la ciudad de Sabiñánigo y su embalse, en una amplia llanura en la confluencia de los ríos Gállego y Aurín. Este río, nacido en las cumbres pirenaicas, a 2000 metros de altitud, da nombre a la población y baña sus tierras. La única calle del pueblo termina a orillas del río Aurín.
Borrés
Esta soleada localidad se encuentra en la Val Ancha, a 909 metros de altitud sobre una terraza o corona de camino a Jaca. Está rodeada de campos de cereales y sus casas están distribuidas a lo largo de una calle única que lleva a la iglesia parroquial (siglos XVII y XVIII). El núcleo conserva fuentes, pozos, bordas, puertas y un singular crucero del s. XVIII.
Cartirana
Cartirana se encuentra contigua a Sabiñánigo, en una terraza fluvial a 875 metros de altitud con vistas privilegiadas. Su parroquial, consagrada a San Martín (siglo XVII), es de estilo Barroco aunque un arco de herradura delata la existencia de una anterior, posiblemente mozárabe. No os perdáis su patrimonio hidráulico ni la ermita de Santa Lucía, vigía de la Val Ancha.
Ibort
Ibort se sitúa en un pequeño y boscoso valle lateral del Gállego, a 860 metros de altitud. El núcleo fue abandonado en los años 60, hecho que llevó sus construcciones prácticamente a la ruina. Actualmente recupera su memoria gracias a sus nuevos vecinos. Su iglesia fue también recuperada, hoy sirve como centro multifuncional y alberga un rocódromo.
Lárrede
Bajo la esbelta silueta de su torre defensiva (s. XVI) y en la entrada del valle glaciar del Gállego encontraréis esta encantadora localidad que conserva buenos ejemplos de arquitectura popular y religiosa de la zona. Aquí se alza la iglesia de San Pedro, ejemplo precursor de las Iglesias de Serrablo (s. X y XI) y junto a ella, está el Centro de Interpretación dedicado al conjunto.
Latas
A 900 m de altura en una suave ladera a los pies de Santa Orosia, cerca de dónde el río Aurín se funde con el Gállego. Se estructura de forma lineal siguiendo la calle del Sol, que lleva a la Iglesia de San Martín, edificio del románico rural con añadidos posteriores. De sus casas destacan Casa Marco y Casa Botero, que conservan elementos típicos de la arquitectura popular.
Pardina de Ayés
Este tradicional conjunto de edificaciones y tierras de explotación agropecuaria se encuentra en un llano junto al barranco de Abena, aguas abajo del Gállego, pasado Sabiñánigo. Disfruta de la tranquilidad propia de los pueblos de la Val Estrecha y de buenas vistas a la Peña Oroel. Actualmente acoge un parque de divulgación sobre la ganadería ovina tradicional y un alojamiento turístico rural, entre otras actividades.
Pardinilla
Localidad de la Val Ancha, situada muy cerca de Sabiñánigo a 842 m de altitud al amparo de una suave loma. De entre sus construcciones destaca su Iglesia parroquial, dedicada a San Bartolomé. Construida en los siglos XVI y XVII, se distingue por tener dos naves separadas por arcos de medio punto rematadas con capillas y por su recia torre-campanario que domina el núcleo.
Puente de Sabiñánigo
Recibe su nombre por el puente medieval que comunicaba el núcleo original de Sabiñánigo, conocido actualmente como Sabiñánigo Alto, al que se unió administrativamente en el siglo XIV. Se ubica en la orilla izquierda del Gállego, junto al Barrio de Puente Sardas. Por sus calles empedradas destacan interesantes construcciones populares, como Casa Batanero, sede del Museo Ángel Orensanz y Artes del Serrablo.
Rapún
Diminuta localidad situada en la Val Estrecha, al abrigo de unos estratos verticales de roca arenisca, conocidos como rallas. Esta formación geológica da al núcleo aspecto de fortaleza infranqueable. Sólo la sencilla iglesia románica de San Félix (s. XII) se abre paso entre las murallas de roca. Su particular mezcla de arquitectura y geología, hace de Rapún un lugar de visita obligada.
Sabiñánigo Alto
Aldea rural que dio origen a la actual ciudad de Sabiñánigo. Se ubica en la Val Estrecha, separado del actual Sabiñánigo por la sierra de los Capitiellos. Su estructura urbana irregular esconde varios elementos patrimoniales de interés. Su Iglesia parroquial, dedicada a San Hipólito y de estilo barroco (XVII), está cubierta por una bonita cúpula y aprovecha como campanar restos del antiguo castillo medieval.
Sardas
Sardas se sitúa en la margen izquierda del embalse de Sabiñánigo, sobre una suave loma rodeada de campos. Consta de dos calles paralelas de las que surgen callejuelas secundarias, las dos principales confluyen en una pequeña plaza donde se encuentran algunas de las construcciones más pintorescas de la localidad: la herrería, el lavadero y la Iglesia Parroquial de Santa María, original del s. XII con ampliaciones posteriores.
Sasal
Esta tranquila población, situada en la Val Estrecha, limita con la comarca de la Jacetania. Sus calles esconden rincones con encanto y piezas de interés pese a las numerosas remodelaciones que ha sufrido. En lo alto del pueblo encontramos la Iglesia de San Esteban (s. XVII y XVIII). Se encuentra en el trazado del tradicional Camino de Pastor que une las poblaciones de Jaca y Yebra de Basa.
Satué
El pueblo de Satué está arropado por grandes moles rocosas y muy cerca del escarpado barranco de las Gargantas, afluente del Gállego. Como guinda en un pastel, está la iglesia de San Andrés (s. XI), coronando el pueblo. Esta pertenece al peculiar conjunto medieval de las Iglesias de Serrablo. Cerca del pueblo encontramos, también, el conjunto de fuente, abrevadero y lavadero con fogaril y coladeras.
Senegüé
El segundo núcleo más poblado del municipio se emplaza sobre uno de los relieves glaciares mejor conservado del Pirineo, la morrena frontal del glaciar del Gállego. Motivo por el que, aquí se halla el C.I. de los Glaciares. Por su situación elevada, Senegüé ha sido y es centinela del acceso al valle. Entre callejuelas y plazas, destacan, entre otros, la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Asunción, el crucero, la torre de los Baguer y los lavaderos.
Sorripas
Sorripas se encuentra de camino entre Sabiñánigo y Biescas, junto a Senegüé resguardado por el Monte Güe. La población se organiza mediante una zigzagueante calle única que lleva hasta la Iglesia de San Andrés. El templo, ejemplar románico del s. XII, es la construcción más notable del lugar. Se conservan también algunas casonas singulares, que se entremezclan con bordas, yerberos y pajares.